martes, 3 de junio de 2014

Después de la Tormenta (II)

Personalmente, me gusta sentarme con un cuaderno y un bolígrafo y empezar a analizar la actuación. Procuro fijarme en todo: La imagen (peinado, maquillaje, vestido, complemento, calzado), en la calidad vocal por supuesto, y en el lenguaje no verbal.

Imagen: Puede sonar superficial, pero cuando actuamos nos estamos mostrando y es importante tener una buena imagen. No se trata de llevar vestidos caros ni de gastar mucho dinero en peluquería o complementos, pero nos mostramos al público y es una muestra de respeto ir con una imagen adecuada al estilo que tocamos. Recuerdo una de las primeras veces que actué  sobre un escenario; no tenía mucha ropa porque había engordado, así que me puse una falda y un top que me venían un tanto apretados. Para más inri, permití que en la peluquería me aplicaran un aceite especial para que no se me rizara el pelo, y ya para rematar, me maquillaron como una puerta.... Aparte del espanto al verme en el vídeo, aprendí  de una forma bastante dura la importancia de cuidar un poco la imagen en estos casos.

Mención aparte merece el calzado; tengo los pies muuuuy delicados y no uso tacones, así que no puedo permitirme llevar esos taconazos  que veo lucir, no sin mucha envidia, a otras cantantes de clásica. Afortunadamente en mi zona (Zaragoza)  hay tradición  alpargatera de gala, así que ahora puedo ir bien calzada y bien cómoda al mismo tiempo. Sino, otra solución es llevar trajes largos, así podremos ir con el calzado que nos parezca y que no se vea.....


En próximas entradas comentaremos más aspectos a examinar tras un recital...

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