sábado, 7 de junio de 2014

DESPUÉS DE LA TORMENTA (III): Calidad vocal

Este es el aspecto en el que todos los cantantes nos fijamos, el que más nos preocupa y que más cuidamos.

Mucho se habla de los desvelos por nuestra voz antes de una actuación, pero no tanto del examen de conciencia que debemos hacer tras ella. Por lo general, al no estar acostumbrados a grabarnos más allá del "recuerdo familiar",  tampoco tenemos muchas posibilidades de hacer un examen post recital.

Suelo fijarme mucho en la colocación de la voz, en la afinación, en la pronunciación y en la precisión de las coloraturas.

Dado que todavía no coloco la voz perfectamente en los resonadores, la voz no me suena del todo "redonda". Por un lado, hace que las arias no suenen a verdadera ópera, además de cansar la garganta innecesariamente. Por otro lado, mantiene el sonido natural y hace más "reconocible" mi voz....
 Normalmente siempre tengo una sensación agridulce cuando me escucho. Por un lado, no me parece que canto mal, por otro, siempre me decepciono, ya que mi sonido "interno"  es siempre más redondo
limpio y lírico de lo que aprecio cuando al final me escucho en una grabación....

Bien, supongo que a todos nos ocurre eso de escucharnos "raros" en una grabación, no? Y al fin y al cabo, no todo el mundo tiene el privilegio de subirse a un escenario para cantar piezas que adoras, que te aplaudan por ello y además disfrutar un montón con toodo el proceso de estudio, aprendizaje, ensayo y error, ensayo y error, ensayo y error, ensayo y "vaya, ya va saliendo", ensayo y..... En definitiva adoro cantar.

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